lunes, 18 de agosto de 2014

DISTINTA


                                   by Jussi
            Sumergido en el abandono, decidió que esto no podría continuar.
            Se levantó de su letargo, se dirigió al baño y se miró al espejo. Vio un hombre dejado en todo aspecto, con barba de muchos días, falta de aseo y con los ojos entrados en sangre. La borrachera le había dejado sus marcas y la resaca… Maldita resaca… Se juró no volver a beber nunca más (como tantas otras veces, pero sin llegar a concretarlo). Vio su ropa manchada, seguro de vomito ya seco.
Pensó en como había caído tan bajo, recordó a Julia y una sensación de amor y odio lo invadió. Ella nunca comprendió cuanto la amaba, nunca entendió porque la maltrataba y le pegaba. Era tan solo una forma distinta de amar. Se vio dejado de lado y al fin abandonado después de tantos años. Le decía que era un obsesivo, cuando en realidad era ella la que se insinuaba delante de otros, o el sólo hecho de desafiarlo y no bajar la mirada cuando contestaba algo que para él no le parecía lo correcto. No era obsesivo, ponía las cosas en su lugar, pero tan sólo para conservar el amor verdadero, eso nunca lo comprendió y entonces de un día para el otro, ella se marchó, dejándolo en la miseria humana que era ahora, borracho y sin rumbo.
Se volvió a mirar al espejo. La situación no daba para más y decidió ponerle fin, ponerse en actividad. Necesitaba aire fresco. Empezaría por asearse y luego, el jardín, que tan abandonado estaba y esa pared medianera con el vecino, que se movía de un lado a otro por ese árbol que le había caído encima y debajo de él la tierra removida del mismo.
El baño le había sentado bien por lo que decidió remover ese árbol caído, así la pared no se derrumbaba y no tenía problemas con el vecino, ya bastante se soportaba a él mismo, como para aguantar a ese despreciable que siempre lo miraba como un bicho raro, con ganas de pelear, tan sólo por algunas proposiciones (indecentes) que le había realizado a su mujer, por las que ella iba corriendo a contarle al maridito. Imbéciles. No se daban cuenta que él era puro amor, pensó sonriendo.
No recordaba cuando había ocurrido lo del árbol. Seguro, en algún momento de borrachera en que perdió la conciencia que también fue aprovechado por Julia para marcharse. Se puso manos a la obra, le llamaba la atención la gran cantidad de tierra removida, aunque igual siguió adelante, empezó a hachar el árbol a la mitad, pero vio que la pared se encontraba muy endeble. Se decidió por apuntalarla. Aprovechó la tierra removida para apoyar la base, pero vio lo que nunca hubiera querido ver, una cara magullada, de cabellos colorados y una piel blanca, no podía ser, la desesperación lo comió, empezó  a escarbar y se encontró con lo que menos quería, su amada Julia…
En eso un ruido, y un golpe en su cabeza. Se dio cuenta que había removido demasiado, la pared se había derrumbado sobre él. La sangre le brotaba (por lo menos eso le parecía), ya que estaba totalmente tapado por los escombros. Sentía huesos astillados y su mente… Su mente se empezaba  a despejar, vio a Julia, a él borracho, la discusión que comenzó en el auto por como se había vestido, con ese escote tan pronunciado. A ella diciéndole que lo quería dejar, la continuación de la pelea en la casa, a él con una ira profunda,  a los golpes que le había propinado y la caída de ella desnucándose contra la bañera, y por último, el jardín, donde yacerían los dos…  Amándose de una manera distinta... 

por GAA
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