Se levantó de su letargo, se dirigió
al baño y se miró al espejo. Vio un hombre dejado en todo aspecto, con barba de
muchos días, falta de aseo y con los ojos entrados en sangre. La borrachera le
había dejado sus marcas y la resaca… Maldita resaca… Se juró no volver a beber
nunca más (como tantas otras veces, pero sin llegar a concretarlo). Vio su ropa
manchada, seguro de vomito ya seco.
Pensó en como había caído tan bajo, recordó a Julia
y una sensación de amor y odio lo invadió. Ella nunca comprendió cuanto la
amaba, nunca entendió porque la maltrataba y le pegaba. Era tan solo una forma
distinta de amar. Se vio dejado de lado y al fin abandonado después de tantos
años. Le decía que era un obsesivo, cuando en realidad era ella la que se
insinuaba delante de otros, o el sólo hecho de desafiarlo y no bajar la mirada
cuando contestaba algo que para él no le parecía lo correcto. No era obsesivo,
ponía las cosas en su lugar, pero tan sólo para conservar el amor verdadero,
eso nunca lo comprendió y entonces de un día para el otro, ella se marchó,
dejándolo en la miseria humana que era ahora, borracho y sin rumbo.
Se volvió a mirar al espejo. La situación no daba
para más y decidió ponerle fin, ponerse en actividad. Necesitaba aire fresco.
Empezaría por asearse y luego, el jardín, que tan abandonado estaba y esa pared
medianera con el vecino, que se movía de un lado a otro por ese árbol que le
había caído encima y debajo de él la tierra removida del mismo.
El baño le había sentado bien por lo que decidió
remover ese árbol caído, así la pared no se derrumbaba y no tenía problemas con
el vecino, ya bastante se soportaba a él mismo, como para aguantar a ese
despreciable que siempre lo miraba como un bicho raro, con ganas de pelear, tan
sólo por algunas proposiciones (indecentes) que le había realizado a su mujer,
por las que ella iba corriendo a contarle al maridito. Imbéciles. No se daban
cuenta que él era puro amor, pensó sonriendo.
No recordaba cuando había ocurrido lo del árbol. Seguro,
en algún momento de borrachera en que perdió la conciencia que también fue
aprovechado por Julia para marcharse. Se puso manos a la obra, le llamaba la
atención la gran cantidad de tierra removida, aunque igual siguió adelante,
empezó a hachar el árbol a la mitad, pero vio que la pared se encontraba muy
endeble. Se decidió por apuntalarla. Aprovechó la tierra removida para apoyar
la base, pero vio lo que nunca hubiera querido ver, una cara magullada, de
cabellos colorados y una piel blanca, no podía ser, la desesperación lo comió,
empezó a escarbar y se encontró con lo
que menos quería, su amada Julia…
En eso un ruido, y un golpe en su cabeza. Se dio
cuenta que había removido demasiado, la pared se había derrumbado sobre él. La
sangre le brotaba (por lo menos eso le parecía), ya que estaba totalmente
tapado por los escombros. Sentía huesos astillados y su mente… Su mente se
empezaba a despejar, vio a Julia, a él
borracho, la discusión que comenzó en el auto por como se había vestido, con
ese escote tan pronunciado. A ella diciéndole que lo quería dejar, la
continuación de la pelea en la casa, a él con una ira profunda, a los golpes que le había propinado y la caída
de ella desnucándose contra la bañera, y por último, el jardín, donde yacerían
los dos… Amándose de una manera distinta...
por GAA
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